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Los tres métodos de pago que el informe de la plataforma Palbin destaca en el comercio electrónico

Última actualización: 25.04.24

 

El avance de la tecnología marca el rumbo del comercio electrónico. Ya no basta con disponer de un amplio y variado stock de productos; las exigencias del consumidor también se centran en los métodos de pago. Este punto se convierte en una prioridad, que todo aquel que pretenda ofrecer servicios por internet debe cubrir. 

 

Con la transformación digital en plena escalada no sólo se están reforzando las vías tradicionales a la hora de completar una compra online, sino que además están surgiendo otras que agilizan mucho más el proceso, sobre todo en términos de seguridad y rapidez. 

Apostar por este tipo de novedades y diversificar los pagos supone ampliar el número de clientes, por lo que no es extraño que a partir de ahí la facturación también viva su particular impulso. En este sentido, el último informe elaborado por la plataforma Palbin muestra cuáles son las modalidades preferidas por el consumidor en el universo ecommerce y cómo repercute esto en el volumen de ventas. 

 

Las pasarelas de pagos

A día de hoy, las pasarelas de pago en las que se utilizan tarjetas de crédito y débito siguen siendo el método más usado para realizar compras a través de internet. Los datos

revelan que el ochenta por ciento de los negocios online incorpora este servicio a su estructura interna, lo que además supone una base bastante sólida en clave de rentabilidad, y es que se trata de un sistema por el que pasa el sesenta y cinco por ciento de la facturación. 

Más allá de la sencillez y la rapidez que aporta una pasarela de pago, su principal atractivo de cara a generar confianza entre los usuarios reside en la ciberseguridad. Un espacio que es capaz de garantizar la integridad de los datos personales en una transacción económica es un espacio que está llamado a ser productivo. Al respecto, el comercio electrónico está tratando de seguir el modelo de software implantado por las entidades bancarias y las plataformas de juegos de azar, que son las grandes referencias en la materia. 

En el primero de los casos, los bancos de nueva generación se caracterizan por emplear un potente sistema de cifrado que se ocupa de mantener a salvo la información confidencial de sus clientes. Esto es gracias al conocido como protocolo TLS (Transport layer security), una herramienta informática destinada a ocultar todas las contraseñas, los nombres completos y los códigos IBAN de las cuentas corrientes que viajan desde la web hasta el servidor. 

También los entornos virtuales dedicados al juego invierten gran parte de su presupuesto en luchar contra el fraude, especialmente contra la suplantación de perfiles. De hecho, todos los casinos online con tarjetas de crédito traen consigo el denominado sistema KYC (Know your customer), un verificador de identidad cuya función es la de comprobar telemáticamente que el jugador que intenta acceder a una cuenta es en efecto el propietario de la misma. El procedimiento es tan sencillo como útil: las salas solicitan a los usuarios toda la documentación necesaria a través de internet, incluyendo en muchos casos una imagen del usuario tomada por cualquier cámara de fotos digital, y luego la cotejan con los datos recogidos en su base de datos. 

 

PayPal, un clásico siempre moderno

Surgido en 1998, PayPal es otro de los habituales en las zonas de compra del comercio electrónico. El informe de Palbin revela que siete de cada diez tiendas digitales emplean este medio de pago, sobre todo porque permite al cliente abonar el importe sin necesidad de introducir números de tarjetas o de cuentas bancarias. Se trata, por lo tanto, de un mecanismo que garantiza la privacidad y que se efectúa en cuestión de segundos. 

A pesar de ser actualmente la segunda vía de pago más utilizada en España, lo cierto es que PayPal sólo genera un diez por ciento de los ingresos comerciales. Las causas hay que buscarlas en las cuantiosas comisiones que la plataforma exige a cambio de su servicio, algo que no todos los pagadores están dispuestos a asumir. Aunque en primera instancia pueda parecer caro, también hay que valorar lo que ofrece: un sistema de monitorización constante que vigila el recorrido del dinero. 

Compra ahora y paga después

La tendencia en los dos últimos años está siendo la financiación. En este sentido, el método de pago digital que está ganando terreno a pasos agigantados es el ya famoso ‘Compra ahora y paga después’ (BNPL, por sus siglas en inglés). Se trata de una opción que permite pagar de forma fraccionada y sin intereses, por lo que el consumidor puede

tener el producto que desee prácticamente en cualquier instante y con la ventaja de administrar por sí mismo las cuotas de ingreso. 

Las cifras dan cuenta de su auge: más del cuarenta por ciento de los compradores elige BNPL, proyectando así un escenario que en 2025 podría rebasar los doscientos mil millones de dólares acumulados en todo el mundo. Por el momento, las compañías que brindan este modelo de financiación lo hacen imponiendo un par de condiciones: plazos de dos meses e importes que no superen los tres mil euros de compra. 

 

¿Qué está por venir?

Estamos seguros de que el mundo del ecommerce está lejos de haber alcanzado su desarrollo total. En este sentido, lo más probable es que sigan apareciendo nuevos métodos de pago que prometen mayor seguridad; también otros, como el uso de las criptomonedas, podrían adquirir mayor popularidad. En todo caso, conviene estar atentos, para ofrecer al cliente lo que pide para poder realizar el pago de sus productos y servicios y no perder esas significativas ventas que pueden hacer la diferencia entre crecer o desaparecer del mercado. 

 

 

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