La tecnología de visualización continúa su avance hacia pantallas cada vez más delgadas, ligeras y con imágenes realistas. En este sentido, los sistemas LCD y LED se han convertido en los más populares, es por eso que al comprar un TV de 50 pulgadas o de cualquier tamaño queremos saber qué tecnología es mejor.
Actualmente vivimos rodeados de pantallas: ordenador, tableta, teléfono móvil, radio 2 DIN y televisor son algunos de los aparatos que constan de una pantalla para visualizar texto, imágenes fijas y vídeos, sin embargo, las pantallas no siempre fueron tan finas y prácticas como las conocemos hoy en día, es por esto que vale la pena hacer un breve análisis histórico de esta tecnología.
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Evolución de la tecnología de visualización
Todo comenzó a finales del siglo XIX con los trabajos adelantados por el químico inglés William Crookes, que sentaron las bases para lo que en la actualidad se llama tubo de rayos catódicos (CRT). Sin embargo, fue el científico alemán Carl Ferdinand Braun quien consolidó el invento, creando el primer osciloscopio. Posteriormente, esta tecnología se comenzó a utilizar para la fabricación de televisores y monitores, primero solo en pantallas monocromo, pero más adelante también a color.
Sin embargo, el tubo de rayos catódicos tenía tres desventajas fundamentales; los aparatos eran grandes y pesados, consumían mucha energía y funcionaban de forma analógica, es por esto que en 1964 los profesores Donald Bitzer y H. Gene Slottow crearon en la Universidad de Illinois la primera pantalla de plasma, que permitía a los alumnos trabajar durante largos periodos de tiempo frente al ordenador. Además, las pantallas de plasma eran planas, delgadas y no parpadeaban por lo que rápidamente se convirtieron en una opción para fabricar televisores.
Podemos decir que entre los tipos de pantallas, la tecnología plasma revolucionó el mercado, ya que tanto los monitores como los televisores dejaron de ser grandes y pesados para convertirse en dispositivos delgados, elegantes y más livianos. Esto permitía fabricar pantallas amplias de hasta 80 pulgadas, muy apropiadas para ver películas en casa.
Una pantalla de plasma está compuesta por dos cristales, uno trasero y otro frontal. En medio de ellos tiene unas celdas con gases neón y xenón, que son convertidos en plasma mediante la aplicación de corriente eléctrica. Es así como empiezan a generar luz en cada pixel, creando un mejor contraste con negros más intensos. Además, esta tecnología no se ve afectada por el refresco de imagen, de modo que puede reproducir escenas de acción sin las típicas estelas que dejan los movimientos en otros tipos de pantallas.
La llegada de la pantalla de cristal líquido (LCD)
Aproximadamente 10 años después de la aparición del primer dispositivo plasma, los científicos del Centro de Investigación David Sarnoff de Nueva Jersey, en Estados Unidos, desarrollaron la tecnología llamada Liquid Crystal Display (LCD), conocida en español como pantalla de cristal líquido. Se trata de una pantalla todavía más delgada, compuesta por una luz reflectora y un gran número de píxeles colocados delante de la fuente de iluminación.
Para entender cómo funciona una pantalla LCD es necesario pensar en ella como una especie de sándwich, donde la primera rebanada es una fuente de luz compuesta por lámparas fluorescentes de cátodo frío, seguida de una placa polarizada vertical, un difusor de luz, una placa TFT que contiene los transistores o píxeles, un electrodo transparente común, un filtro de color, otra placa de vidrio difusor y una placa polarizada horizontal.
Al analizar por separado un píxel, podemos ver que este punto de luz está formado por 3 subpíxeles; uno rojo, uno verde y otro azul (RGB). Si nos acercamos a uno de ellos, podemos ver que la luz viene de las lámparas fluorescentes, pasa por el primer filtro polarizador y atraviesa la primera placa de vidrio que funciona como electrodo. A continuación, la luz se encuentra con las moléculas de cristal líquido, que tienen forma helicoidal y gracias al campo eléctrico, hacen girar la luz para llevarla hasta el segundo electrodo y hacerla pasar por el segundo polarizador, que es perpendicular al primero. Este es un sistema conocido como modo normalmente blanco. Si el campo eléctrico entre los electrodos no es lo suficientemente fuerte, las moléculas de cristal líquido no tendrán forma helicoidal, por lo que la luz no podrá girar, quedando represada sin poder salir por el segundo polarizador. En este caso, el subpíxel se ve negro y es conocido como modo normalmente negro.
En otras palabras, las moléculas de cristal líquido se encuentran en cada subpíxel y gracias al campo magnético entre los electrodos funcionan como interruptores para encender y apagar los subpíxeles, creando en la pantalla zonas de diferentes colores. Pero eso no es todo, ya que las pantallas de los TV LCD más actualizados incluyen una placa TFT, es decir, una rebanada adicional en el sándwich, que funciona con transistores de película fina, de este modo, es posible controlar mejor la cantidad de luz que pasa a través de cada subpíxel. El resultado es una imagen que impresiona por los detalles que crean los millones de colores.
LED: La tecnología LCD mejorada
Al comprar un televisor es común tener la duda sobre si es mejor LCD o LED. Sin embargo, la diferencia entre LED y LCD es básicamente la fuente de iluminación. Gracias a las investigaciones del ingeniero norteamericano Nick Holonyak, la aparición de la tecnología LED permitió hacer una gran mejora a las pantallas LCD, pero en este caso la explicación es muy simple, se trata de una pantalla exactamente igual pero con lámparas LED en lugar de fluorescentes, por lo tanto, no solo es más amable con el medio ambiente sino que también ofrece mayor calidad de imagen en cuanto a contraste y nitidez.
OLED: El futuro de las pantallas
No podemos finalizar sin mencionar esta nueva forma de fabricar pantallas. A diferencia de la retroiluminación LED que necesita un panel LCD, la tecnología OLED no utiliza ninguna fuente de luz adicional, ya que funciona con un tipo de diodo especial con una capa electroluminiscente, es decir, que reacciona a la estimulación eléctrica generando luz por sí mismo. Por si fuera poco, esto permite hacer pantallas todavía más delgadas e incluso plegables.
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