Cómo proteger tu disco duro externo frente a los intrusos

Última actualización: 29.03.24

 

Uno de los mayores miedos que están vinculados al uso de discos duros externos tiene que ver con la protección de ese disco duro externo y su contenido respecto del acceso que puedan tener personas que no deberían de tenerlo. Da igual que sea por un robo o un descuido, pero lo cierto es que, aún siendo uno de los mejores discos duros externos, en manos ajenas es un riesgo de privacidad y seguridad considerable.

Por suerte, el tamaño físico de los discos duros es algo más grande que el de los pendrives, que no pocas veces se quedan olvidados conectados al PC hasta que nos damos cuenta, pero también es verdad que cuando tenemos la cabeza en otros asuntos, podemos olvidar este disco sin notarlo. Así que como siempre, la prevención es la mejor herramienta.

 

Herramientas para proteger tu disco duro externo

En la actualidad, son muchas las aplicaciones que tenemos en el mercado para cifrar el contenido de nuestros discos duros externos e impedir ese acceso no deseado a nuestros datos. Estas aplicaciones blindan el contenido empleando diferentes tecnologías, de modo que solo la persona que tenga la clave correspondiente para acceder al mismo pueda ver su contenido. Veamos qué programas tenemos disponibles pues para lograr esa protección.

 

BitLocker

Si no quieres tener que recurrir a programas externos, a partir de Windows 7 y Vista se incluye la aplicación BitLocker. Una sencilla herramienta con la que cifrar el contenido de cualquier dispositivo basado en Windows. Esta encriptación puede ejecutarse sobre cualquier unidad, protegiendo el contenido fácilmente de accesos no deseados tanto mediante contraseña como empleando la propia configuración del PC.

Este sistema permite desbloquear el disco duro externo con solo conectarlo al ordenador y sin necesidad de hacer nada más. No obstante, es cierto que la encriptación es algo más débil de lo que es esperable, pues el sistema de encriptación AES de 128 bits que incluye no es precisamente de los más potentes.

Aunque para almacenar datos no excesivamente peligrosos puede ser suficiente. De todos modos, también puedes recurrir a otras aplicaciones externas a Windows, más potentes en su planteamiento e igual de fáciles de usar.

 

 

VeraCrypt

Entre estas aplicaciones tenemos VeraCrypt. Una app que es compatible con Windows, Mac Os o Linux, precisando no más de 10 minutos para proceder al encriptado seguro de nuestros archivos. En concreto, no tenemos más que conectar el disco duro externo al PC o al portátil y arrancar la aplicación. Es clave que ese disco esté vacío, pues se formateará durante el proceso. A continuación, deberemos seleccionar crear volumen y cifrar la partición.

Para ello, deberemos elegir tanto la contraseña del volumen como el estándar de cifrado que queramos utilizar, aunque lo recomendable es dejar la configuración que se incluye por defecto. Una vez completado el proceso, ya solo tendremos que cargar los archivos en el dispositivo para que los mismos se cifren correctamente. No te olvides de que deberás tener la aplicación instalada en aquellos equipos en que quieras usar el dispositivo.

 

DiskCryptor

Como alternativa, podemos recurrir a DiskCryptor. Esta aplicación nos ofrece la posibilidad de encriptar todo tipo de unidades, tanto mediante contraseña como con una protección adicional en forma de archivos llave o de claves. Estos archivos pueden tener forma de carpetas o archivos y, en caso de no estar disponibles, no será posible acceder al contenido.

Entre sus mejoras, este programa no desencripta todo el disco para acceder a los archivos, sino que estos pueden verse y modificarse mientras se monta la unidad. Igualmente, cuenta con un tiempo breve en lo que a lograr ese acceso se refiere, desmontándose también con rapidez y dejando los datos inutilizables hasta que se vuelva a montar y autorizar la unidad.

 

 

Un proceso que también se ejecuta de forma automática en caso de reinicio del dispositivo, de modo que será necesario volver a desencriptar el dispositivo conforme al procedimiento habitual para tener acceso a los datos. Además, la creación de unidades encriptadas es tan fácil como seleccionar la unidad en su gestor y pulsar el botón de encriptado. Una vez elegidas las opciones correspondientes, según lo comentado, tendremos ya la unidad segura y lista para su traslado.

Podríamos seguir hablando de muchas aplicaciones más, aunque con estas tres consideramos cubiertas las necesidades de los diferentes perfiles y necesidades que puedas tener. En caso de que quieras buscar alguna alternativa más, no te olvides de apostar por aplicaciones que sean fáciles de usar y que te ofrezcan un nivel de encriptación adecuado a lo que necesites, mayor cuanto más sensibles o peligrosos sean los datos almacenados en el disco duro.

 

Precauciones adicionales

Ya hemos hablado de las medidas de seguridad con las que podemos evitar el acceso no autorizado al contenido de un disco duro externo. Pero no queremos cerrar este artículo sin hablar de los riesgos que pueden tener estas herramientas en caso de que nos olvidemos las claves o formateemos el ordenador, por ejemplo.

Y es que tal como hemos comentado antes, el sistema de protección de estos discos duros provoca que solo la persona que haya creado el cifrado pueda desencriptarlo. En ocasiones, basta con una contraseña para ello, pero en algunos casos es posible que la herramienta deje algún archivo en el equipo o requiera de un archivo llave. Y si perdemos ese archivo llave, es muy posible que no podamos recuperar el contenido. Así que tanto la contraseña como ese archivo llave deben almacenarse con la máxima seguridad, a fin de evitar perder el acceso al contenido de ese disco duro.

Precisamente por ese motivo también es altamente recomendable recurrir siempre a sistemas que nos ofrezcan el uso de contraseña o de otros elementos, como huella digital o una tarjeta física para el acceso a ese disco duro externo. Estas opciones siempre son más convenientes que las basadas en el equipo, pues cuando el equipo falla, muchas veces nos encontramos con un disco duro convertido en un ladrillo, ya que no tenemos la opción de acceder a su contenido.

 

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