La llegada de Internet ha supuesto un cambio en muchos aspectos de nuestra vida diaria. Uno de los más importantes es el que tiene que ver con la ciberseguridad, dado que este nuevo medio de comunicación ha supuesto la aparición de nuevos riesgos y amenazas para cualquier empresa, frente a los que conviene estar preparado.
Afortunadamente, al igual que han surgido nuevos problemas, también han aparecido soluciones para protegerse ante ellos. Muchas de ellas tienen un coste ajustado, aunque considerando la magnitud de las pérdidas en las que la empresa puede incurrir ante un ataque de cualquier tipo, lo cierto es que la inversión merece la pena. Dicho esto, empezamos con nuestro listado de lo que no debería faltar en tu compañía.
Antivirus y actualizaciones
Un dispositivo sin antivirus es como una casa con las puertas abiertas. Y es importante destacar que hablamos de dispositivos, por lo que esta protección debe instalarse en cualquier equipo que se conecte a la red, sin importar si es un móvil, un portátil o un PC de sobremesa. Estos antivirus se encargan de protegernos frente a amenazas conocidas y también sobre las nuevas que puedan surgir, gracias a las actualizaciones frecuentes de sus bases de datos y sus tecnologías heurísticas.
Algo parecido pasa con las actualizaciones del sistema, tanto relativas al sistema operativo como al resto de aplicaciones que utilice tu empresa. Algo que no requiere más que de algo de tiempo y personal cualificado para ejecutar dichos updates cuando corresponda, de modo que los posibles riesgos de seguridad que surjan con el tiempo queden cubiertos a la mayor brevedad.
VPS
Dentro de las soluciones avanzadas que tenemos en el mercado, se encuentra VPS. Este servicio corresponde a las siglas en inglés de Servidor Virtual Privado y aporta un espacio dentro de un servidor físico, en el que podemos instalar un sistema operativo y ejecutar nuestro sitio web con comodidad y con una considerable seguridad. Así que, si quieres que tu sitio esté a salvo de ciberataques, nada mejor que protegerse con un VPS de IONOS o de cualquier otra firma de primer nivel, que nos dé la seguridad que necesitamos en estas circunstancias.
Como ventaja adicional, este sistema es más económico que un servidor dedicado, pero tiene más potencia y tráfico de datos que los servidores básicos, por lo que es una solución intermedia, fácil de escalar y de gestionar sin tener que gastar de más en recursos no utilizados. Así que, como parte del desarrollo de cualquier proyecto web, esta herramienta tiene una utilidad considerable.
Seguridad en la red
En el momento en que se conecta un dispositivo a la red, este se convierte en blanco para cualquier ataque. Lo mismo pasa con la red corporativa de la empresa, que es un atractivo objetivo tanto para los hackers como para delincuentes, que pretendan acceder a nuestros datos con no muy buenas intenciones.
La solución para este problema pasa por el uso de un antivirus, como hemos comentado, pero también de soluciones específicas para gestionar estas conexiones. Entre ellas, no debe faltar el firewall, con el que bloquear accesos no deseados a la red corporativa y también para inspeccionar el tráfico web de la misma, en búsqueda de conexiones extrañas o no autorizadas.
En esta labor, también colabora el proxy, que actúa como intermediario entre la red interna e Internet. Su proceso de filtrado permite bloquear amenazas, establecer limitaciones a la navegación mediante listas negras y listas blancas (para sitios prohibidos y autorizados), así como mantener registros sobre quien visita qué páginas, lo que también es útil en ciertos contextos.
Gestión de los archivos
A veces, la protección básica no es suficiente para proteger los datos más sensibles. Pensemos que una empresa maneja listas de clientes, números de cuenta corriente o tarjetas de crédito, contactos personales o incluso formación propia de la actividad y con un considerable valor, en términos de propiedad intelectual.
Para proteger todos estos archivos, se recomienda utilizar herramientas tanto de cifrado como de copia de seguridad. Las de cifrado ayudan a mantener la seguridad de estos datos frente al acceso no autorizado, tanto ante ataques externos como frente a los que procedan de la misma empresa. Respecto de las copias de seguridad, estas deben convertirse en una actividad más de la gestión empresarial, de modo que, ante un fallo catastrófico de cualquier dispositivo, sistema de red o cualquier otro sistema vinculado a la red corporativa, esto no se traduzca en una pérdida de datos y un quebranto para la compañía.
Sentido común
El último elemento clave en la ciberseguridad, aunque uno de los más importantes, tiene la ventaja de ser gratuito y que prácticamente todos lo tenemos de serie. Hablamos del sentido común, con el que podemos luchar contra diferentes amenazas de forma solvente.
Como ejemplo, este sentido común debería ser suficiente para que reconozcamos mensajes de phishing recibidos en nuestro correo electrónico, para no conectar a un PC de la red corporativa ningún dispositivo no autorizado o que no haya sido analizado en búsqueda de amenazas previamente, o para no movernos por páginas web que puedan suponer riesgos de seguridad. El sentido común también nos permitirá identificar adjuntos maliciosos en un correo electrónico, enlaces que puedan suponer un riesgo de seguridad y otras amenazas similares.
Como es lógico, este sentido común debe estar presente en todas las personas que usen los recursos de la red corporativa, por lo que la formación de las mismas es fundamental. Esta formación debe informar tanto de los protocolos de seguridad propios de la empresa como de las herramientas con las que la red cuenta para que nada falle. También se recomienda incluir un listado de buenas prácticas, mediante las que los trabajadores, directivos y técnicos tengan siempre claro qué es lo que se debe y no se debe hacer, en términos de seguridad informática.
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